Gracias. No
me cansaré de repetirlo y recordároslo. Os lo digo ya desde la distancia, el
otro lado del charco. Trataré por este blog deciros lo que vivo y siento en esta
experiencia que nace de mi Fe y convicción en un mundo hermanado y que vaya finalizando con
este sistema que nos mata silenciosamente. Salir mas alla de las periferias
para enriquicerse y dar testimonio a una comunidad. Así que, esta aventura la viviré
yo, pero en ella sois fundamentales, no tendría sentido sin vosotros. No os
contare todo, contaré lo que quiera y según
vaya reposando…el tiempo escribirá por mí.
Atrás queda
esa decisión mía de marchar mas alla de España para seguir trabajando en lo que
creo y para quien creo. De todo el proceso durante el 2016 recuerdo algunas
pinceladas que ahora me atrevo a compartir, rápido y seguido
El sí de Caritas
Jaén, un día de enero en un cafetería. Los viajes a Madrid acompañado,
expectante y decidido. Las sesiones maratonianas de formación con: pies
descalzos y mochila, golpes de estado de Caritas, abrazos, compartir
experiencias, enfermedades y precauciones, crecimiento ante dificultades,
incertidumbres y certidumbres de destino, miradas y felicitaciones, despedidas
amargas, nervios, los trámites previos (con sus interrogantes) y llamada al
destino. También, a parte, las visitas a médicos, enfermería y vacunas. Las
discrepancias con papa y mama. Los consejos. Los ¿cuándo te vas? Las prisas y
dudas del final y la ceremonia de despedida. Los abrazos.
Atrás queda
esto y quedan los posos del trabajo realizado, y ahora toca trabajar en “terreno”.
Ayer llegué a Quito, que me ha acogido con los brazos abiertos. Desde la puerta
del aeropuerto hasta la Inspectoría Salesiana Sagrado Corazón. En donde me he
encontrado durante en el almuerzo como uno mas celebrando el día de Don Juan
Bosco junto a los trabajadores y religiosos que forman esta comunidad.
El Maestro en el patio de la Casa Salesiana de Quito |
Mañana a
conocer e instalarse en el destino final, Macas, en donde desempeñaré mi labor y
acompañamiento con los niños con los que trabaja la Fundación Chankuap y vivir otras
realidades que os voy a contar. Sin expectativas y con el entusiasmo recargado.
Estoy cien por cien aterrizado físicamente en este país, falta terminar que
aterrice cien por cien mental y espiritualmente. En este nuevo proceso también os
preciso. Un abrazo.
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